martes, 27 de mayo de 2008

Temporada de Vienítis


Este texto fue acerca de la segunda temporada alta de conciertos el año pasado, de octubre a diciembre.

Por Malfi y Fernando del Portillo

El Síndrome del ¡Viene!: Este año, el público mexicano sufrió dicho mal padecimiento, al cual convendremos referirnos como: Vienítis. Los síntomas son variados, desde falta injustificada de dinero hasta lesiones en las cuerdas vocales. Las causas, la obsesión, vulnerabilidad y la alta disposición de los mexicanos para recibir cual malinche pierniabierta a cualquier artista extranjero mediante un evento masivo, de preferencia, musical.

¿Por qué decimos que este año México sufrió de Vienítis?, A continuación los ejemplos: “¡Viene The Police!, ¡Viene The Cure!, ¡Viene Roger Waters!, ¡Viene Muse!, ¡Viene Bright Eyes!, ¡Viene Porcupine Tree!, ¡Viene Laurie Anderson!, ¡Viene Justice!, ¡Viene Caetano Veloso!, ¡Viene Miguel Bosé!, ¡Viene Dios (el grupo llamado Dios)!, ¡Viene Aerosmith!, ¡Viene Daft Punk!; ¡Viene!, ¡Viene!, ¡Viene!... exclamados en voces tan frenéticas y enajenadas que harían que incluso los franeleros de Polanco (también conocidos como ‘güacha-carros’) se quedaran anonadados.

¿Qué es lo que pasa? ¿Cómo hemos llegado a tan poblado y a la vez tan desolado “escenario”? Una respuesta que se extiende demasiado en contexto, el cual nos hace ser máquinas consumistas de entretenimiento, varios factores que refuerzan nuestro furor descontrolado por la música en vivo (y por las deidades radiantes sobre pedestales), pero que a la vez pueden justificar este agonizante año que sufrió la plaga de Vienítis y que va entrando poco a poco en cuarentena: La temporada va terminando y nos alivia de la locura, al menos por el momento.

Estamos al descubierto sobre nuestro excéntrico y acelerado proceso de maduración musical, no es culpa nuestra, como dice Cristina Pacheco, “aquí nos toco vivir”. Por que después de una grieta sin música que parecería, iba a durar por siempre, logramos recuperar en los 80 un lugar en el mapa de las giras musicales, pero olvidamos que el mundo siguió girando y que los talentosos siguieron haciendo shows para darle a los espectadores del planeta, la oportunidad de crecer y adaptarse al ámbito musical actual; nosotros por el contrario estamos recuperando el paso a velocidad luz, lo que paulatinamente convierte nuestro gusto por presenciar conciertos internacionales masivos en una obsesión, no sabemos por que lo hacemos pero asistimos embelesados de uno modo ciego y desaforado, cual japonés enfermo de consumismo surgido ahora en las tierras aztecas. Antes, el éxito desmedido de un artista solía ocurrir en Japón – Big in Japan -. Hoy, con orgullo, inauguramos el término Big in Mexico.

Sufrimos, nos azotamos, pagamos y pagamos, hacemos largas horas de fila y nos estresamos en el teléfono, “¡¡¡ahhhh!!!”, gritamos y nos desagarramos las gargantas para después hacer horas de estacionamiento mientras comentamos con emoción genuina “¡¡¡fue el mejor concierto!!!!” Para repetirlo una y otra… y otra… y otra vez durante las temporadas de ‘marzo–abril’ y ‘octubre–noviembre’, que curiosamente son temporadas bajas en Europa.

Cabe mencionar de manera importante que además de lo maravilloso que es para cualquier acto (u oportunista de carrera deslavada) venir a México para sentir la vibra y calidez latina en el escenario: por que nadie grita como nosotros, también representamos una enorme fuente de ingresos y un trato que elimina cualquier rasgo humilde y puede elevarle el ego hasta Jesucristo.

¡Viene Billy Joel! ¡Viene Björk! ¡Viene Santa Claus! Viene otro año… Y con éste una nueva temporada de shows que esperamos no tenga la Vienítis tan fuerte como el 2007 que nos deja con el corazón y el ceso llenos de recuerdos e imágenes de muchos grupos que pisaron por primera vez nuestro suelo y fueron testigos de nuestra epidemia folklórica de frenesí e ímpetu por cualquier luminiscente presencia. Esperemos a que lleguen marzo y abril para seguir dicho proceso de madurez ante los espectáculos y a saber que nos depara para nuestros bolsillos y ahora entrenados, además de gastados oídos de concierto.

No hay comentarios: