domingo, 14 de julio de 2013

Domingo, uno más de esos domingos.

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Uno más de esos fines o principios de la semana cualquiera, pero el que trajo letras, una musa y probablemente una cruda mortal de lunes. Te odio y amo Hemingway por darme tu método y besarme la sien con tu inspiración, planeo hacerlo mucho más seguido. 
Domingo, casi las once de la noche y muchos, pero muchos meses desde que llene de insensatez este hermoso y expresivo cyber espacio. Curioso ya que tengo un sinfín de textos sin terminar de temas que no importante y de opiniones de alto interés para mi mente y la nadie más, lo que hacía perfecto para publicar en un blog, pero por alguna exótica razón mi mano se detenía, mi pulso se desaceleraba ante el tecleado y el ruido del golpeteo de las teclas cubiertas por el plástico de color en perfecta combinación con la armadura naranja que protege mi metálico corazón del computador. Hoy es diferente, no sé porque no lo cuestiono, no me interesa.
Tal vez la musa vino hoy a lamer mi oído con toda la inspiración que escurría de sus sensuales comisuras labiales en un beso eterno de valentía ante la hoja en blanco. Démosle una oportunidad, tengo ganas, quiero hacerlo y vamos de cabeza a la hondonada de la escritura hacía el saturado, eterno e infinito espacio de la red.
Toda la semana fue la culminación de un cúmulo de días difíciles, de esos que todos pasan donde llegas a esconderte – si te da la vida oportunidad- en un cómodo mar de autocompasión acorazado de las lindas sábanas que sujetan en un eterno forcejeo tu cuerpo contra tu cama y susurran lenta y pasivamente frases de confort mediocre que se cuelan desdele tímpano hasta el más recóndito espacio del tuétano de todos tu huesos para llegar hasta la fibra más sensible de tus neuronas hasta convencerte de ese placer jodido del cual prefieres no entablar conversaciones  frecuentes contigo mismo, sobre pequeños detalles que frenaban tu vida en episodios pasados.
Cosas como:  eres tonto, poco talentoso, feo, poco atractivo, promedio, gordo, desfigurado, estúpido, sobreactuado, sin sentido, sobrehumano, deshecho del escalafón más perdido de la historia humana y un lindo sinfín de insultos que diezman tu autoestima –hasta donde puedas permitírselo- para quedarte en ese hoyo al que alegremente pueden denominar depresión…. Hasta que decidas mandarla al carajo, ponerte guapo una vez más (o intentarlo un poco al menos) y regresas a la batalla sin más, bueno, después de un poco de apoyo magnánimo y colosal de tus amigos y colaboradores laborales, más unos sorbos interminables de etílico estupor embotellado que te pongan de pie y te inspiren en la batalla contra la vida y tu mismo.. No te engañes, guarda los guantes, esto pasará tarde o temprano de nuevo y con mayor o menor grado y no lo sabes, pero recuerda que lo has hecho antes y lo harás de nuevo con mayor o menor grado de etílico estupor o colosal apoyo de la gente a tu alrededor, pero mantente firme en tu camino, si lo hayas, sigue por ahí.
Encontrar la vereda por la que quieres seguir fue lo divertido del viaje, léase divertido con ironía, sarcasmo, tonos de desánimo y ronco eco de voz acompañado por tantito entusiasmo y algunas lágrimas de emoción (guarda la emoción porque también regresará varias veces a tu vida). Vas con todo, te lanzas y sobre eso también hay piedras, varias, para tropezar en el camino y te encanta y no te importa. Vas a disfrutarlo mucho. Lo aprendí cuando una de las personas que más quiero y más me destruye sn quererlo a cada paso en la vida me hizo sentir subhumano y con todas las ganas de patearle la cara escribí en el refugio de una de las mujeres (porque afortunadamente tengo muchas que sabe toar mi alma con sólo verme) que tiene la capacidad de sonreír y hacerme sentir que todo puede mejorar uno de los textos que más satisfacción me ha dado escribir en mucho tiempo y además poder publicarlo para mi trabajo en un complejo, pretencioso,  maravilloso, poderoso, increíble y bello medio que resuelve la vida con cada letra que puedo lanzar al mundo en mi propio idioma rodeando la mente con la comprensión sobre lo increíble que es ser único en el inmensamente basto y lleno universo.
Hoy, domingo en la noche, después de mucho días de raro sentir, aprendizaje, depresión alegría, amigos, mascotas, amores, lecciones, juzgados, llamadas, deudas, pagos, textos, películas, series, sexo, tragos, peleas, reconciliaciones, comida, pan francés, nuevos amigos y conocidos, nuevas aprehensiones de la vida y un sin fin de eventos más, mientras veo Julie & Julia (si, no me juzguen demás por favor) y comprendo otras pasiones de mi vida en la tele como si la realidad y la virtualidad se juntaran haciendo explotar a mi corazón sorbiendo sopa de pollo con tallarines hecha por mis hábiles y sazonadoras manos, creo que todo estará mejor en la inspiración de poder meter esto a un blog. Si estás leyendo esto, debe saber que me encanta que llegaras hasta aquí y pueda llenar la sangre que corre por tu cuerpo con frases, letras, palabras e ideas, en la esperanza de que desde tus ojos y hasta el infinito trayecto que corre de un vistazo a este post y de regreso, pasando por todas las neuronas que le ponen atención a lo insignificante y magnánimo de la variedad de todas las personas que conformamos el mundo, algo tenga sentido para ti y te bese la sien en la inspiración maldita o divina que a mi me dio para escribirlo  sentir mucha alegría de saber que ser yo, es maravilloso y más importante aún que si hay muchas personas que lo comparten contigo…. Disfrútalo, sin control.