Anoche soñé contigo…
Sobre como me veías y sentía que me deseabas, sobre la fugaz vida que hicimos, las
horas que desperdiciábamos en estar sin hacer nada por el mero hecho de
experimentar la proximidad de estar juntos en la ignominia, con tu cuerpo tan
cercano al mío. Veía tu rostro tan claro en las penumbras del sueño que sentí que
debía tocarlo y besarlo en ese momento antes de despertar, pero al abrir los
ojos no podía recordar el contorno de tus labios o el color de tus ojos, la
forma de tú cara era difusa entre lo que quería recordar para mantenerte
conmigo, entre las disparidad de la madrugada y mis sábanas tan rojas como la
hirviente sangre que aun palpitaba por el beso del delirio nocturno en el que
nos vimos.
Ahora despierto y
no sé quién eres, no logro encontrar tu cara entre mis recuerdos, pero siento todo
el deseo de poder verte otra vez, de que me quites el aliento y me enchines la
piel. Extraño sin definir la silueta de tu rostro todo el sabor de tu cuerpo y
el olor de tu aliento junto a mi cuello y mis orejas, tus manos conteniendo mis
brazos y tu boca sobre mi espalda, mis dedos acariciando tu pelo y la humedad
en tus profundos besos con los ojos tan llenos de deseo, deseo por mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario